Ley de l@s jóvenes del DF, para proteger sus garantías individuales
El nuevo ordenamiento de las y los jóvenes del Distrito Federal nos insta como sociedad y gobierno a caminar junto con este sector de la población, debido a que establece estándares internacionales de derechos humanos y de la Constitución Política que mandata el deber y responsabilidad de promover, respetar, proteger y garantizar las garantías individuales de nuestros jóvenes.
Dicha normatividad establece que sin importar género, orientación sexual, identidad étnica, discapacidad, condición económica, social o cualquier otra distinción, se dignificará el trabajo mediante un sistema de empleo, bolsa de trabajo, capacitación laboral, recursos económicos para proyectos productivos, convenios y estímulos fiscales con empresas públicas y privadas.
Además se preservará el derecho a una educación integral, científica, laica y humanista, que incluye el acceso a programas educativos y de capacitación que les permitan profesionalizarse y continuar preparándose para su desarrollo personal y social.
Se garantiza el derecho a alimentación adecuada, y al más alto nivel de salud integral posible, gratuita y de calidad; asimismo protege el derecho del acceso a la cultura, el arte, la ciencia, la recreación y el deporte.
Se ampara el derecho a la identidad, personalidad, intimidad, honor e imagen propia, sobre todo al respeto y fortalecimiento de su identidad colectiva, a la protección social, a la paz y a una vida libre de violencia.
Otros derechos fundamentales que se respaldan son al desarrollo integral, a las familias y a la vivienda, a la plena participación social y política, a la libre asociación y organización, al acceso a la información, gestión y promoción de las tecnologías de la información y la comunicación, en materia de derechos sexuales y reproductivos, así como a un medio ambiente sano.
Se incluye también un capítulo de derechos para las y los jóvenes que viven con discapacidad, aportes en términos de visión de política pública:
Cabe reconocer que las y los jóvenes son concientes de su capacidad para construir leyes que regulen su interacción con el entorno, fomentar su autonomía y emancipación mediante su participación activa como agentes de transformación social, política y jurídica, sin que ningún sector se sienta amenazado o desplazado.
